Un 28 de marzo de 2018 sufrí un accidente automovilístico en el que mi carro cayó del cuarto piso del estacionamiento de mi edificio. En este accidente, perdí la mitad de mi familia, ya que falleció mi padre; mi fan #1, mi soporte, quien me inculcó el amor por el deporte, un hombre entregado a su familia al 100%.

También falleció mi hermana menor, mi mejor amiga; esa que me escuchaba, apoyaba y acompañaba en todo momento….Además, perdí a mi novio, un ser especial, de gran corazón, que llegaba ese fin de semana desde Costa Rica a visitarme.

Nombre: Sabrina Alejandra Murillo Perrone.

Fecha de nacimiento: 12 de agosto de 1997.

Plato de comida preferida: paella.

Estudios: Licenciatura en Negocios Internacionales y Comunicación.

Llegué al hospital en estado crítico por las múltiples lesiones, sobre todo en mi cerebro y columna, que significó una parálisis completa, desde mi pecho a mis piernas. Los primeros meses estuve al borde de la muerte; de hecho, los doctores no le daban muchas esperanzas a mi mamá, sin embargo, poco a poco, fui evolucionando y gracias a Dios aquí estoy….Inicié fisioterapia en el hospital; terapias de lenguaje, deglución y ocupacional para reaprender a hablar, comer y utilizar mis manos, ya que había perdido todo… fue como volver a nacer.

Pasé cuatro meses hospitalizada; y luego regresé a casa, con muchas ganas de seguir mejorando. Siempre fui bastante independiente y me gusta conseguir logros y alcanzar metas por mi propio mérito, así que empecé a trabajar duro para recuperar mi independencia.

Mi vida cambio por completo, tuve que pausar todo; universidad, vida social, deportes, etc.…para estar 100% enfocada y dedicada en mi recuperación. Realizaba alrededor de 5 horas diarias de terapia para recuperar el movimiento y la fuerza en los músculos, ya que quedé en estado de desnutrición. Lo que más me costó, en un principio, fue luchar, mentalmente, para moverme, ya que mis músculos se sentían completamente paralizados. Sumado a esto tuve que recibir ayuda de una psiquiatra, para tratar mi estado emocional. Esto fue clave para mantenerme a flote durante ese tiempo, ya que era importante mantener la motivación para salir adelante. Algo que me sirvió bastante fue aferrar mi Fe en Dios, que en realidad no tenía antes de mi accidente, y que, gracias a eso, conocí y es con lo que vivo día tras día.

Cuando pasó el accidente, mi mamá estaba de viaje en Venezuela, gracias a Dios, porque estoy 100% segura de que, si hubiese estado en Panamá, estaría en el carro con nosotros. Creo que ella tenía que estar fuera del país, porque de otra manera, no quiero ni pensar que sería de mi vida sin su compañía y apoyo. La otra parte bonita de esto es que, al regresar, se vino mi abuela y mi tía con ella para acompañarla, y desde aquel terrible momento, volvimos a ser cuatro en casa. Creo que es sumamente importante, porque mi casa pasó de ser una familia de 4 a 2, de un momento a otro, y de esa misma forma, regresó a ser de 4. Esto me llena el corazón porque no estamos solas. Igual sigo pensando que mi mamá y yo quedamos juntas para apoyarnos mutuamente, y eso también fue clave para salir del hueco en el que nos encontrábamos.

"Muchas veces siento que lo que nos pasó, es demasiado grande y doloroso para cualquier ser humano, pero he tenido que salir adelante, gracias al milagro de la vida de Sabri.

La fuerza definitivamente viene de Dios y del amor y la solidaridad de tantos amigos y desconocidos, que nos apoyan desde sus oraciones y buenos deseos.

Que Sabrina se levante a diario con ese espíritu de lucha, me anima a levantarme a luchar también, con mi mejor actitud. Sin duda, no es fácil, son muchos los recuerdos con mi familia que añoro, pero me permito esos momentos de duelo, con el compromiso de no quedarme en la tristeza, sino más bien en honrarlos por los bellos tiempos vividos. Conociéndolos, eso es lo que ellos hubieran querido. Nosotras hemos hecho un pacto tácito, de que debemos ser felices por el resto que nos queda de vida. Ojalá que nuestro espíritu nos permita cumplir con esto, y que Sabrina siga con esa luz, que la inspira cada día, que sea feliz… ya con eso, me sentiré satisfecha” Maria Luisa Perrone.

Transcurridos los seis primeros meses del accidente, me dediqué completamente a mi recuperación, retomé mis estudios universitarios y me mantuve motivada porque tenía en mente graduarme y continuar con mi vida…, sin embargo, unos meses después, tuve una recaída; y me tuvieron que operar de emergencia nuevamente, porque tuve un hematoma subdural, por la combinación de las pastillas anticoagulantes y un golpe que me di en la cabeza, haciendo ejercicios en el gimnasio. En esta ocasión, casi pierdo la vida nuevamente, según lo que le comentó el neurocirujano a mi mamá, lo que me hizo volver a pensar y reflexionar que Dios me quiere viva por algo. Pienso que todos en esta vida tenemos una misión, y que por algo estamos aquí. Para mí no es tan fácil descubrir cual es mi misión; y todavía sigo tratando de averiguarlo, pero creo que va por la línea de ayudar a los demás, haciéndoles saber que sí se puede salir adelante, a pesar de cualquier circunstancia.

Hasta el día de hoy tengo días en los que me veo y siento que todo esto es un sueño del que despertaré… Incluso, uno de los momentos más tristes es cuando trato de recordar cuando caminaba, jugaba al soccer, o cuando conversaba y disfrutaba de la presencia de mi hermana y mi papá; y hoy día, pensar en ellos, como si hubiesen sido un sueño o parte de otra vida, me causa un inmenso vacío y dolor en el pecho. Sin embargo, considero normal que me pasen cosas así; por tanto, me doy el permiso de llorar y sentirme mal durante esos días; nada de lo que haga, va a regresar el tiempo, y como mencioné anteriormente, si estoy viva, será por algo, así que debo levantarme y enfrentar esto de la mejor forma posible, para salir adelante.

Es la esperanza de saber que Dios me acompañaba en estos momentos oscuros, y que mi familia se encuentra en un lugar mejor, lo que me da fuerzas, día a día, para seguir adelante. Me aferré a vivir en agradecimiento, disfrutando lo que tengo, y enfocándome en eso; en lugar de estar pensando y gastar energías en lo que me hace falta.

¿Qué fue lo que más te ayudo en tu recuperación?

R. Pienso que cuando uno encuentra algo que hacer para mantenerse ocupado y feliz, eso te ayuda a no estar todo el día pensando en lo sucedido. Agregué a mi rutina la natación, que al principio fue sumamente difícil, porque era aprender a nadar solo con los brazos, pero esto también me ayudó mucho en la parte emocional, porque la natación fue algo que yo practiqué muchos años antes de mi accidente, así que era como volver a lo conocido.

Ya para ese momento, retomé también mis salidas con amigos, porque me encontraba (y aún me encuentro) en plena juventud. En mi cabeza, no podía ser posible pensar que me habían “robado” los años de juventud, fiesta, vida social y diversión; así que traté de seguir con mis cosas, de la forma que fuese posible. Creo que una de las cosas más importantes para mi recuperación, fue tener un soporte de personas que estuvieron ahí siempre. Verbalizar lo que sentía con amigos, familia, y conocidos, o simplemente compartir mis pasos con mi comunidad de Instagram, donde también encontré un apoyo enorme.

Cuéntame un poco sobre tus ejercicios y como te sientes.

R. Sigo con mi fisioterapia, para que mis músculos no se atrofien; debo estar en constante movimiento incluso con esas partes de mi cuerpo que están paralizadas. Curiosamente, los ejercicios que más me cuesta realizar son aquellos en los que debo mover alguna parte de mi cuerpo que no siento. Es extremadamente difícil tratar de dar pasos, o tratar de doblar la rodilla, sin saber si de verdad lo estoy haciendo. Por eso, trato de verme en un espejo o bajando la mirada, para sentir la posición de mi cuerpo cuando estoy en movimiento. Creo que de alguna manera he tenido que desarrollar un sexto sentido para estas cosas.

Siempre he practicado deportes. Me considero multifacética y flexible, porque practiqué de todo: natación, vóleibol, fútbol, kickboxing, atletismo. El último que practiqué, y del que me enamoré fue el soccer y ahora que estoy en silla de ruedas, mi amor por los deportes no ha cambiado; estoy dispuesta a probar nuevas cosas sobre ruedas. Los deportes que practico ahora son el boxeo, crossfit, y “running”, o mejor dicho “rodar” y, por supuesto, hago pesas para fortalecer. Se que existen miles de deportes adaptados, y estoy segura de que voy a probar todos los que pueda. Descubrí siempre hay una forma de darle la vuelta a cualquier situación; por ejemplo, en crossfit puedo hacer los mismos ejercicios que hace una persona que camina, pero adaptados a mi condición. Tanto así, que no he dejado que nada me detenga. Ya completé en mi silla de ruedas 2 media maratones y pronto voy por la maratón.

Ahora encontré un amor que no sabía que tenía por el crossfit adaptado. Además, que es super importante encontrarse con buenos profesionales que son capaces de adaptar cualquier ejercicio para que vaya alineado con mis necesidades y limitaciones. Porque al final, no podría hacer nada de lo que hago si no tuviera ese apoyo tan importante de quienes hacen posible que practique estos deportes. Si bien es cierto que el crossfit es un deporte exigente, va mucho con mi personalidad, porque yo suelo exigirme bastante y es lo que me hace feliz. De hecho, le he agarrado tanto cariño que me despierto a las 5:30 am, para estar en el box a las 6:00 am e iniciar mi rutina. He notado que paso el resto del día motivada, con energía, y ganas de comerme el mundo y enfrentar los retos que vengan.

Estoy emocionada por seguir mejorando cada día más en esta disciplina, y todavía me falta mucho por desarrollar. Cuando tienes una lesión como la mía, no solo pierdes el control de tus piernas, sino que también pierdes el control de tu abdomen y por ende equilibrio. Sin darnos cuenta, muchos de los ejercicios que realizamos al hacer deporte requieren un abdomen fuerte. Y esto es algo que he podido ganar poco a poco, pero sé que aún me queda un largo camino por recorrer.

Se podría decir que existen 3 Sabrina; la Sabrina de antes del accidente, la Sabrina después del accidente y la Sabrina de ahora. Háblanos un poco sobre esto.

R. Estoy totalmente de acuerdo con que existen 3 versiones de Sabrina. Aunque en realidad, si nos ponemos a pensar, creo que siempre estamos en constante cambio y crecimiento. Lo importante es que cada versión, sea mejor que la anterior; y este creo que es mi caso. La primera Sabrina fue una persona reservada; tímida y muy callada. Es curioso porque nunca me hubiese imaginado, haciendo lo que hago ahora en mis redes sociales o hablando en público. La segunda Sabrina, es la que estaba en la cama de un hospital, desnutrida, con ataques de ansiedad, y un hueco emocional muy grande; con toda razón, ya que lo que viví, no era para menos. Soy fiel creyente de que cada etapa es necesaria, y no podemos saltarnos ninguna. Así que, para mí, era necesario vivirlo, llorarlo, sufrirlo, porque somos humanos y es normal que tengamos estos sentimientos. Ya la tercera Sabrina es la versión que existe hoy en día; la Sabrina fuerte, motivada, y dispuesta a ayudar a los demás y demostrar, con cada paso que dé, que sí se puede salir adelante, incluso de los peores momentos.

Ahora mismo tengo muchos planes y metas a futuro que quiero lograr para cumplir ese propósito que siento que tengo. Dentro de ellos están escribir un libro, seguir dando charlas motivacionales, hacer talleres o programas de desarrollo personal y lo más emocionante es que ya estoy trabajando en ello, con todas las ganas de crecer con el lanzamiento de mi marca personal y hablar en público. Pienso que sería muy egoísta de mi parte, quedarme para mí todos los aprendizajes de vida que tuve luego de mi accidente, y por eso me muevo tanto para ayudar a los demás. No hay nada que me llene más que cuando las personas me dicen que gracias a ese mensaje que escucharon, o a ese post que hice en Instagram, se animaron también a hacer algo que les aterraba. Igual, estoy super receptiva a todo lo que Dios ponga en mi camino, porque pienso que todo pasa por algo.

De todas las charlas motivacionales que has realizado ¿recuerdas algún caso en particular que sientas que has ayudado a la persona o que has impactado en la vida de alguien?

R. Recuerdo un caso en particular; que trata de una madre que me escribió por mis redes sociales contándome de cómo su hijo se encontraba triste, desmotivado, y necesitaba entender qué se podía hacer para salir adelante. Con lo que ella me describió, me di cuenta de que ese joven necesitaba mucha más ayuda de la que yo pudiera darle, así que lo referí a la psiquiatra que me apoyó durante esos meses. Después de un tiempo, me enteré de que, si ese joven no hubiese llegado donde ella, lo más probable es que hubiese cometido un suicidio. ¿Cómo no pensar que tengo un propósito? ¿Cómo no pensar que puedo seguir ayudando a personas?

¿Qué mensaje quieres enviar a través de todo lo que haces?

R. Al final, el mensaje que quiero transmitir se reduce a que depende de nosotros tomar la decisión de lograr todo lo que nos propongamos y salir adelante, a pesar de cualquier tropiezo en la vida. Siempre tenemos al alcance de nuestras manos una serie de infinitas posibilidades para darle la vuelta a las situaciones que estamos viviendo, pero es nuestra elección mirar esas opciones, en vez de quedarnos estancados en lo negativo.

Whatsapp Panama Sports Mangazine